4.3 Selección De Los Controles


4.3        Selección De Los Controles

En este diseño, a través de los controles lo que se pretende es conocer cuál es la exposición de la población de referencia ("base del estudio") de la que se obtienen los casos: si en ellos el antecedente de exposición es menos frecuente que en los casos, podríamos demostrar que ese factor es causal. Por tanto, si existe una definición clara de esa "cohorte imaginaria", la selección de los controles sería sencilla.

En la práctica, esto implica que han de ser personas que hubieran podido desarrollar la enfermedad (evidentemente, los hombres no hubieran servido de controles en el estudio del adenocarcinoma de vagina) y que han tenido oportunidad de exponerse al factor que estudiamos (tampoco hubieran servido mujeres nacidas antes de que empezara a usarse el DES).

Esto último, lógicamente, no significa que su probabilidad de exposición sea la misma que la de los casos: si así fuera, incluiríamos sólo casos y controles igualmente expuestos y evidentemente ningún estudio daría un resultado positivo. Técnicas como el apareamiento (en el adenocarcinoma, por edad, seleccionando como controles a mujeres que hubieran nacido en fechas próximas) permiten controlar factores de confusión potenciales. En resumen, los mejores controles serían aquellas personas que, de haber sido casos, hubiesen sido incluidos como tales en el estudio.

De otro lado, casos y controles han de tener una "exactitud comparable", esto es, una probabilidad similar de que sus antecedentes de exposición sean correctamente clasificados. En otros términos, si puede producirse un sesgo de información al recoger, por recordatorio, los antecedentes de exposición en los enfermos, los referentes deben ser sujetos en los que ese riesgo sea similar. Por ejemplo, si los casos son sujetos fallecidos, y la información sobre su exposición la dan sus familiares, sería lógico que los controles fueran también personas fallecidas, y que la información sobre la exposición de interés se obtuviera también a partir del interrogatorio de sus familiares.

Este ejemplo muestra lo difícil que es satisfacer, a un tiempo, todos los requisitos en la selección de los controles: los fallecidos es evidente que no representan a los vivos, pues es más que probable que se expusieran a factores que aumentan el riesgo de muerte. Aunque garantizarían la "exactitud comparable ", si la exposición de interés es precisamente uno de esos factores, los fallecidos ya no serían representativos de la experiencia de exposición de la población de la que proceden casos y controles, en su conjunto, lo que reduce la validez externa, y también, como veremos al hablar del análisis, la validez interna, pues en esa situación es más difícil estimar el riesgo relativo a través del odds-ratio.