4.1.2 Citometría de flujo

4.1.2    Citometría de flujo

Es un método rápido, objetivo y cuantitativo de análisis de células, núcleos, cromosomas, mitocondrias u otras partículas en suspensión (Orfao et al., 1995).

Esta técnica consiste en hacer pasar partículas en suspensión (por ejemplo células) por un haz luminoso. Las partículas deben estar alineadas y deben pasar de una en una por el haz luminoso. Su interacción con el haz luminoso genera señales debido a una dispersión de la luz (el tamaño de la célula, su núcleo, la membrana nuclear, el material granular del citoplasma, son características celulares que contribuyen a la dispersión de la luz), o a una emisión de la luz por los fluorocromos con los que se han marcado específicamente a las partículas. Estas señales generadas son llevadas a unos detectores que las transforman en impulsos eléctricos, se amplifican y son transformadas en señales digitales. Un ordenador procesa estas señales digitales.

En el estudio de la EMR se utiliza para analizar una muestra de células y cuantificar cuántas células malignas están presentes en esa suspensión de células. Las muestras utilizadas pueden ser tanto sangre como aspirados de médula ósea. Las células son marcadas con distintos anticuerpos específicos para distintos antígenos conocidos que son expresados específicamente por las células tumorales. Los antígenos empleados para estos fines son proteínas de membrana o intracitoplasmáticas. Los anticuerpos son marcados con distintos fluorocromos. Así, el citómetro de flujo puede detectar y clasificar las distintas células de la muestra y cuantificarlas mediante un sistema informático apropiado.

Esta tecnología se emplea para analizar y definir el perfil inmunofenotípico de las células neoplásicas y así poder establecer la presencia de fenotipos aberrantes.

Su principal aplicación oncológica es la evaluación y seguimiento de leucemias agudas, leucemias linfoblástica crónicas y otros síndromes linfoproliferativos con infiltración medular o expresión en sangre periférica. Tiene una sensibilidad de 10-4 a 10-5, es decir, detecta una célula tumoral de entre 10.000 y 100.000 células normales (Tomás et al., 2004).

En la evaluación de la EMR de las patologías oncohematológicas es útil la determinación de fenotipos propios de la población leucémica, su presencia en la recidiva y la presencia de fenotipos aberrantes. Las células leucémicas, salvo raras ocasiones, no tienen antígenos específicos que nos permitan distinguirlas de las células normales. Sin embargo, sí expresan fenotipos que están escasamente representados en personas sanas o son indetectables en las células normales. Estos fenotipos reciben el nombre de fenotipos leucémicos. Los fenotipos leucémicos se suelen caracterizar por la expresión en una misma célula de antígenos asociados a dos líneas celulares, por la presencia de asincronismos madurativos, por alteraciones en el patrón de expresión del antígeno o la localización aberrante de fenotipos restringidos a ciertos tejidos. Un cambio en la expresión inmunofenotípica de las células leucémicas durante la progresión de la enfermedad causaría falsos negativos