2.1 Angiogénesis


2.1     Angiogénesis

Los vasos tumorales van a originarse a partir de capilares y vénulas del tejido invadido. Ante un estímulo angiogénico, el vaso progenitor incrementa su actividad de síntesis, aumentando así el número de células endoteliales. Posteriormente se disuelve su membrana basal, dejando paso a células que van constituyendo yemas vasculares que se ramifican y se ahuecan, formando nuevos entramados capilares. Los neovasos van a ser vasos dilatados, tortuosos y con poca elasticidad muscular, por los que la sangre circula lentamente. Además, las células endoteliales están más separadas, lo que las permite ser más permeables a proteínas plasmáticas y al paso de células.

En la regulación de la angiogénesis intervienen factores positivos y negativos. El factor estimulante más potente conocido es el VEGF (vascular endotelial growth factor) que se expresa en situaciones de hipoxia y ante p53 alterado, pero también hay otros factores como bFGF (factor de crecimiento fibroblástico), angiogenina, angiotrofina y TNF (factor de necrosis tumoral). Entre los factores inhibidores están la trombospondina (regulada por p53) y la angiostatina que inhibe de forma radical la proliferación endotelial in vitro.

La aparición de neovasos o angiogénesis, es fundamental en el proceso de metastatización, ya que no sólo va a permitir el transporte de las células tumorales a otros tejidos, sino que es fundamental para el soporte nutricional del tumor. La angiogénesis sucede también en procesos fisiológicos como en embriogénesis, los procesos de cicatrización y en patologías benignas como la artritis reumatoide, la retinopatía diabética y la psoriasis.

La extensión del fenómeno de la angiogenésis en tumores clínicos de pacientes, ha resultado ser de gran impacto pronóstico, en una gran diversidad de tumores. Así aquellos pacientes que portan tumores, con mayor número de vasos, presentan mayores tasas de metástasis y reducidas supervivencias.