6. Diagnóstico


6.    Diagnóstico

La historia clínica debe de ser detallada, precisando los síntomas iniciales, su evolución y frecuencia ya que nos puede orientar sobre la localización de la lesión. Es interesante recoger los antecedentes familiares a parte de los personales, por si existe relación con algún síndrome hereditario familiar. Debe realizarse una exploración neurológica completa. La exploración oftalmoscópica puede revelarnos la existencia de papiledema.

En general, los tumores de crecimiento lento dan lugar a poca sintomatología, debido que la lenta compresión del tejido circundante y a la existencia de mecanismos compensatorios satisfactorios. Pero una vez alcanzado un tamaño crítico, pueden obstruir la circulación del LCR y llevar a HTIC.

Los tumores de crecimiento rápido se asocian a edema perilesional y cuadro sintomático de rápida instauración; los mecanismos compensatorios no tienen tiempo suficiente para actuar. 6.4 La TAC con contraste y la RM son las técnicas de imagen mas utilizadas para evaluar los tumores del SNC. La RM es la más sensible, especialmente en lesiones del tronco cerebral, fosa posterior y medula espinal. La TAC detecta mejor las lesiones calcificadas y es utilizada para la planificación de la RT: Las imágenes radiológicas ayudan a diferenciar entre tumores del SNC, metástasis, infartos, procesos infecciosos o inflamatorios. Existen múltiples situaciones que, independientemente de la sospecha clínica o no de tumor, nos llevan a realizar estudios radiológicos como una epilepsia, hemiplejía, parálisis, etc.

La PET va adquiriendo cada vez más importancia en el estudio y seguimiento de los tumores por la posibilidad de diferenciar el grado de malignidad, la recurrencia y la radionecrosis secundaria al tratamiento. El radiofármaco más empleado es la fluordesoxiglucosa (18F-FDG) que evalúa el consumo de glucosa, y en mucha menor medida la metionina marcada, que evalúa la síntesis proteica.

La punción lumbar casi nunca forma parte de la evaluación inicial, e incluso estará contraindicada siempre que haya sospecha de HTIC. Tan sólo es útil en el estadiaje de los tumores con riesgo de metástasis es el neuroeje y ante sospecha de linfoma cerebral primario.

Va a ser la cirugía (biopsia) la que nos de el diagnóstico definitivo, y frecuentemente esta forma parte a su vez del tratamiento. Según la localización tumoral o la situación del paciente, a veces la cirugía no está indicada, y sólo se puede optar por una biopsia estereotáxica para diagnóstico. Incluso hay localizaciones como el tronco cerebral donde con frecuencia el diagnóstico se realizará mediante estudios de imagen, sin biopsia.

La radiografía simple de cráneo en la actualidad es de poca utilidad. Pero será conveniente realizar radiografía de tórax como parte del estudio preoperatorio y para descartar una neoplasia primaria o concomitante.