4.2 Localización


4.2         Localización

Con respecto a la localización del tumor, determinadas regiones anatómicas y órganos concretos condicionan las posibilidades terapéuticas. La cirugía de los tumores intracraneales por ejemplo, plantea problemas específicos, ya que los tumores benignos, pueden tener un comportamiento maligno, al comprometer la vida a través del síndrome de hipertensión intracraneal, dada la inextensibilidad de las paredes óseas.

Por otra parte, la propia localización puede contraindicar la exéresis total, por el riesgo de muerte, tal y como sucede en los tumores petrotemporales en la vecindad del tallo cerebral. Los déficits o secuelas relacionadas con la ablación de tejido cerebral, aconsejan que se respete en lo posible las áreas de Broca y Rolándica, para evitar hemiplejias o afasias. Es posible extirpar grandes áreas de lóbulo frontal derecho (menos del izquierdo), sin que se sigan de graves deterioros. De igual modo puede sacrificarse corteza visual, si a cambio se puede conseguir una supervivencia razonable. Se comprende la necesidad de considerar beneficios y riesgos a la vista de las secuelas posibles.

La resección de un hepatocarcinoma no se planteará de igual modo en una localización periférica "fácil", que en un tumor central de resección comprometida. Igual sucede con una carcinoma broncopulmonar en un segmento periférico o en el hilio.

En el otro extremo están por ejemplo, los tumores de piel, que pueden crecer sin comprometer a corto plazo la vida, pero que en algunos casos, en virtud de su tamaño, histología y localización pueden plantear problemas concretos estéticos y/o funcionales.