3.3 Marcadores Tumorales


3.3            Marcadores Tumorales

Son sustancias detectables en líquidos orgánicos, especialmente en sangre, producidos por la célula neoplásica o sus metástasis, y en algunas ocasiones por procesos benignos. Su utilidad clínica está limitada por su baja especificidad, ya que el marcador tumoral puede elevarse por problemas no neoplásicos y por su baja sensibilidad, fundamentalmente cuando el volumen tumoral es pequeño. Por tanto, dado la frecuencia de falsos positivos y negativos limita su uso como técnica de despistaje diagnóstico. No obstante, la monitorización de algunos marcadores se ha correlacionado fundamentalmente con la respuesta al tratamiento, con la presencia de recidiva, y en algunos casos con el diagnóstico de extensión: Por tanto, dado la frecuencia de falsos positivos y negativos limita su uso como técnica de despistaje diagnóstico. No obstante, la monitorización de algunos marcadores se ha correlacionado fundamentalmente con la respuesta al tratamiento, con la presencia de recidiva, y en algunos casos con el diagnóstico de extensión:

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El antígeno carcinoembrionario (CEA) es una glucoproteína útil como indicador precoz de áncer colorrectal. Existe correlación entre los niveles del marcador y el estadio de la enfermedad, variando el porcentaje de positividad entre un 6% en el estadio A, y un 71% en el D. También es útil para monitorizar la eficacia del tratamiento oncológico. Además, se ha demostrado correlación con el estadio del cáncer de pulmón y con el cáncer gástrico.
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El antígeno específico prostático (PSA) es el marcador más sensible del cáncer de prós ta ta. Es el factor de predicción más importante del estadio patológico aunque tiene limitaciones como su elevación en la hipertrofia benigna de próstata, relación inversa de la PSA con la diferenciación celular y la presencia de tumores prostáticos que no producen dicho antígeno. El 75% de los carcinomas de próstata con PSA < de 4 ng/ml tienen la enfermedad confinada al órgano, en comparación con el 23% de los pacientes con PSA > de 10 ng/ml. Otro aspecto de interés es su utilidad como seguimiento de la respuesta al tratamiento y el pronóstico.
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La alfafetoproteína (AFP) es una proteína oncofetal utilizada en el hepatocarcinoma y los tumores germinales. La determinación seriada de la AFP junto con la ecografía tiene valor en la detección precoz del hepatocarcinoma en los pacientes con cirrosis hepática. Aunque la AFP se puede elevar en caso de metástasis hepáticas rara vez lo hace por encima de 200 ?gr/ml. Niveles superiores son característicos de hepatocarcinoma y cáncer germinal. En el 80% de los hepatocarcinomas se eleva la AFP. Niveles bajos se asocian con hepatocarcinomas más pequeños, potencialmente curable, mientras que niveles altos son predictivos de enfermedad avanzada e incurables. En los pacientes con tumores germinales tienen un papel fundamental junto con la subunidad beta de la hormona gonadotropina coriónica (ß-HCG) en el pronóstico y en la respuesta al tratamiento. Los pacientes con cifras de AFP mayor de 1000 ?gr/ml se incluyen en los subgrupos de mal pronóstico en la mayoría de las clasificaciones.
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La ß- HCG tiene utilidad en el diagnóstico, valoración de la respuesta y seguimiento de los pacientes con tumores germinales. Niveles séricos superiores a 10.000 m?/ml se considera de alto riesgo.
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La enolasa neuroespecífica (ENA) es el marcador más sensible del carcinoma microcítico de pulmón con una sensibilidad y especificidad aproximada del 70-80% respectivamente. Se correlaciona con la extensión de la enfermedad, estando los niveles más altos en los casos de enfermedad avanzada.
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El CA 19.9 se eleva más frecuentemente en el cáncer de páncreas, siendo eficaz en la evaluación diagnóstica del tumor, así como la detección precoz de recidiva. Además se ha sugerido que cuánto mayor es el valor de CA 19.9 más avanzada está la enfermedad y peor es el pronóstico.
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El CA 15.3 es un marcador útil en el seguimiento y detección de recaídas del cáncer de mama. En la enfermedad avanzada es un indicador fiable del curso clínico. Se eleva en el 75-80% de los casos de enfermedad metastásicas.
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El Ca 125 es un marcador que se eleva en las pacientes con cáncer de ovario. Tiene utilidad en el diagnóstico diferencial de las masas pélvicas, seguimiento de las intervenciones quirúrgicas y pronóstico.
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La beta 2 microglobulina constituye un factor pronóstico independiente en el mieloma múltiple y los linfomas no hodgkin. En la enfermedad de Hodgkin se correlaciona con la aparición de síntomas B y predice el tiempo de progresión en los linfomas de alto grado. En el mieloma se correlaciona con la masa tumoral y la supervivencia.